Permite recaudar dinero destinado al consumo de forma anticipada.
Los espectadores pueden hacer compras de forma rápida y segura usando la misma pulsera RFID con la que accedieron al evento.
El organizador del evento tiene control total y visibilidad en tiempo real de todo el dinero que se gasta en el lugar.
Incrementa la facturación removiendo colas y medios de pago lentos.
Disminuye tus costos y riesgos por la centralización del manejo del efectivo.
Elimina por completo el error humano y el fraude por parte de los empleados.
No requiere autorización online, lo que permite seguir vendiendo inclusive sin internet, a diferencia de las tarjetas de crédito.